Hay días en los que uno siente que
necesita comerse el mundo.
Hay días en los que
quieres comerte el
mundo.
Pero eso nunca pasa, y al final, lo único que te
acabas comiendo es un tupper lleno de albóndigas (
Mandonguilles para los catalanes) que te ha preparado tu madre.
Al menos eso es lo que me ha pasado a mi hoy.
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