Y luego resulta que mientras estás soñando no te das cuenta de que algo está haciendo un esfuerzo increíble para que no caigas de ese sueño que tanto te guste. Pero por desgracia, acaba cediendo y tu terminas despertando de golpe en la auténtica realidad.
Todo esto podría ser una bonita metáfora, pero es en el sentido más literal posible:
Lo mismo era una señal...
(y SI, estoy tan gordo como para cargarme un somier)
3 comentarios:
Ya sabes que yo creo mucho en las señales...
Ni de coña se ha roto el somier por tu peso.
Será porque has "saltado" mucho en él.
Y por "saltado" me refiero a FORNICAR.
Las señales no existen. La superstición no existe. La religión no existe.
Solo existimos nosotros y nuestras decisiones. Podemos ser débiles y condicionar toda nuestra existencia por la superstición o avanzar y decidir por nosotros mismos qué hacemos con nuestra vida.
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