martes, 6 de septiembre de 2011

You can't mistake my biology

Este fin de semana ha sido la fiesta mayor de mi ciudaT, una ciudad  muy difícil de pronunciar para algunos, la ciudad que lleva viéndome crecer durante 26 primaveras.

Me gustan las fiestas mayores, pero no soy muy asiduo porque tanta gente me agobia un poco. El viernes noche fui con la gente guapa a barracas. Justo al llegar me encontré con Biology boy. Me sorprendió mucho verle allí, estuvimos hablando mientras sonaba de fondo Josmar y alguna petardada más. Pese a lo poco que he hablado con Biology boy me parece una persona muy interesante y le veo "algo" que no se que es que me da muy buenas vibraciones. Después de chalar un rato nos despedimos y yo fui a por un refrigerio y a codearme con los perroflautas que habían por allí. Bailamos las Mamachicho, Rammstein, Camilo Sexto... Todo ello gracias al DJ de la barraca La sèpia verda. Hicimos lo que se tiene que hacer en esos lugares: saludar muy efusivamente a toda persona que te cruces y conozcas. A las 4:30 recogimos el chiringo y nos fuimos para casa antes de que vinieran los Mossos.


Al día siguiente quedé con Tidusin para ir a Museum, también se vino Santiveri , al que le prometí que otro día vamos a un local de gente "normal". Después de un combo mortal de Jump de Girls Aloud, Get Sexy de las Sugababes 3.0 y Notorious de The Saturdays vi entre la muchedumbre a Biology boy. Él iba con un amigo que resulta que va al gimnasio con Blanch. Al final se unieron a nosotros y vieron sorprendidos como Tidusin y yo lo dábamos TODO on the dancefloor. A las 3 ellos se fueron y nosotros nos esperamos al cierre para ver lo fea que es la gente cuando las luces se encienden. Pude montar mi numerito en la esquina cuando sonó Dancing On My Own. Después fuimos a la visita de rigor al paki a por agua y pa casa a ritmo de petardadas varias.


Una actuación para amenizar 



El domingo por la tarde/noche tenía salida de la colla de diables. Se reunen varias collas de diables de Sabadell y hacemos que la ciudad arda y se llene de olor a pólvora mientras todo retumba con el sonido de las carretillas al explotar y los ritmos de los "tabalers". Digamos que es casi imposible encontrarse con nadie, más que nada por la cantidad de gente que hay y por el estado mental en el que me encuentro cuando hago un correfoc, estado al que podría clasificar como euforia. Pues mientras lo estaba dando todo con mi forca me encontré, again, como no, con Biology boy. Miré a todos lados buscando la cámara oculta porque me pareció muy fuerte. Le dije: Deja de perseguirme! El me dijo que me quitara el pañuelo que me tapaba media cara, y al verme se quedó muerta en la bañera con el coño fuera. Yo no creo en las casualidades, y eso me pareció Mutya Fuerte. Nos reencontramos varias veces más durante el recorrido. Al final, cuando la mejor parte estaba apunto de llegar, le avisé que tuviesen cuidado (iba con 2 críos) ya que nuestro "Septrot" es un bicho con más de 100 carretillas y es muy bestia lo que llega a soltar. Después de eso cada mochuelo se fue a su olivo. Me quedé con los de la colla para recoger, ducharnos y cenar en la Escola Industrial. Después descargamos en el local y pa casa. Whatsappeando con Biology boy un rato después me dijo de ir a su cara para tomar una birra de esas que no bebo. Un botellín de agua y un par de videoclips después acabamos en el sofá espachurraos sobre la facilidad que tenemos para desmayarnos en lugares públicos. También lo hicimos sobre los vídeos de las misses tontas que inundan youtube y mas temas de gran importancia socio-medioambiental.

Todo este rollo es para introducir la siguiente conversación.

Yo tengo en el iPhone una carpeta llamada G-finders. Si uno es un poco listo sabrá que ahí se encuentran todos los radares de maricas que existen. Estuvimos hablando sobre en lo que nos estamos convirtiendo con tantas cosas de esas, de lo frío que se está volviendo todo, de como la gente ya no pasea en la playa para exhibirse sino que están en sus toallas chateando y enviando fotos de sus pollas al que tienen 4 toallas más atrás. Una cosa que dijo Biology boy que hizo que se me cayera el coño al suelo y me hiciera abrir un poco los ojos (o reafirmar lo que yo ya llevaba tiempo dándole vueltas a mi cabeza): comentó una anécdota de un chico que habló con un guiri que estaba de vacaciones y le picaba el badajo. El guiri le dijo al otro tío que le quedaban 3 horas para abandonar el hotel. Ese tío quería una boca, una polla y un culo. El resto eran accesorios innecesarios pero que venían en el pack. Ese tío quería una puta. Al rato me fui con 3 rozos de bizcocho a mi casa. Durante el camino no paraba de recordar esa frase, en lo que me estoy convirtiendo (o en lo que me he convertido) sin darme cuenta y en lo poco que me gusta.


Supongo que las cosas no pasan porque si. Ahora falta saber interpretar las señales. Cosa que se me da fatal, aunque tengan neones fluorescentes, purpurina y hagan un sonido estridente.



2 comentarios:

tidusin dijo...

Está muy bien todo lo que reflexionas, te has de volver más sibarita con los G-Finders estos...

Y como me ha quedado muy serio voy a poner alguna chorrada:

BOOOOOOYYYYYY BEEEEEEWAAAAREEEEEEEEEEEE

Alex Pler dijo...

Me encantan estas historias de casualidades que no lo son. Para mí el mensaje está clarísimo...

Albert Espinosa: "Las casualidades son subrayados, subrayados para que sepamos que debemos fijarnos en algo."

¡Suerte, niño!

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